...........................................................................................................
VIAJES Y COOPERACIÓN
...........................................................................................................
...............................................................................................
martes, 18 de diciembre de 2007
MALDITA ESCLAVITUD
Durante nuestra ruta por Ghana, estuvimos visitando el castillo de Cape Coast, lo que fue una de las cárceles para esclavos durante varios siglos. Paseamos por las mazmorras donde les tenían hacinados antes de embarcar hacia las americas, mientras un guía nos relataba visiblemente emocionado las condiciones de vida allí. Nuestra comprensión oral del ingles tiene sus límites, lo cual unido a su acento un tanto extraño para nosotros y el murmullo de la gente, provocó que no nos enterásemos del 100% de sus explicaciones. Al terminar la visita guiada, estuvimos unos minutos visitando el museo sobre la esclavitud y sobre otras facetas de la historia y cultura ghanesa, pero nos quedamos con ganas de profundizar más en el tema.
Hace unos días, Patri me regaló el libro “Africa, pecado de Europa” de Luis De Sebastian, un análisis detallado y documentado de la presencia de Europa en Africa, la cual empezó a ser significativa con los portugueses en el siglo XV y no ha cesado hasta nuestros días, presencia que desgraciadamente ha conllevado un influencia en términos generales mucho más negativa que positiva. Y cuyo hecho más influyente ha sido desgraciadamente y sin lugar a dudas el comercio de esclavos.
El primer interés que despertó Africa en los portugueses fue el oro, el cual era sacado y conducido a Europa en grandes cantidades. Más tarde, en el siglo XVI, llegarían los holandeses, los franceses, los británicos…
España estaba demasiado ocupada aquellos primeros momentos en traer oro de las américas como para desviar su mirada hacia Africa.
Lo cierto es que África no se presentaba interesante a los europeos económicamente hablando (y si exceptuamos a los portugueses) hasta que en América no se empezaron a desarrollar las grandes plantaciones de Azúcar, las cuales requerían de un trabajo físico muy duro. La idea inicial de tanto españoles como portugueses fue esclavizar a los propios indios que vivían allí antes de su llegada pero su mortalidad era bastante elevada (entre otras cosas, eran poco resistentes a las enfermedades importadas de Europa ). Ademas de estas, los europeos tuvieron otras razones políticas, económicas y religiosas para acabar desechando la idea de utilizar a los indios como esclavos de manera masiva. Por tanto, se encontraron con unas tierras muy ricas de las que podían obtener azúcar, cacao, tabaco, café, etc. pero necesitaban mano de obra que las trabajase. Una mirada a Africa y a esa potencial cantera de seres humanos resultaba muy tentador…
Muchos países europeos estuvieron implicados en el comercio de esclavos: portugueses, holandeses, españoles, franceses, británicos (que rápido se convirtieron en los dominadores de este lucrativo negocio. Cabría plantearse que hubiera ocurrido en Inglaterra sin la utilización de los esclavos, ¿habría sucedido la Revolución Industrial tal y como hoy la conocemos? Como dato ilustrativo, podríamos comentar que en 1775 las importaciones de azúcar representaban una quinta parte de todas las importaciones de las islas británicas. Sin esclavos, evidentemente, no habría habido azúcar en esas cantidades…)
Los europeos llevaron a cabo un comercio de esclavos basado en la “ruta triangular”. Sus barcos zarpaban de las costas europeas cargados de tejidos, armas, cerveza, pólvora, herramientas, etc. Una vez en Africa, cambiaban estos productos por esclavos, marfil, oro y artesanías africanas. Cargados con ellos y en unas condiciones terribles, los barcos negreros arribaban en América donde descargaban a los africanos supervivientes (se calcula que, dependiendo de la época, entre un 6% y un 20% moría en el trayecto. Las principales causas de estas muertes eran las enfermedades o los suicidios). Allí los barcos limpiaban concienzudamente sus bodegas de la inmundicia humana que se había acumulado durante el viaje para después llenarlas con azúcar, canela, ron, frutas tropicales,etc.,
Los esclavistas llegaban a los puertos europeos con las nuevas mercancías y eran recibidos como honrados comerciantes. Este comercio triangular fue utilizado para ocultar a las opiniones públicas de las grandes potencias la realidad del comercio que se practicaba con las colonias.
Las justificaciones para este comercio eran tan absurdas y horribles como el propio comercio en sí. Se afirmaba que los esclavos eran medio-hombres, se negaba su esencia como ser humano. Se llegó a decir que algunos pueblos habían nacido para ser esclavos. Desde el punto de vista de los cristianos, se salvaban sus almas al convertirlos a la verdadera religión, aunque fuera a través del infierno de la esclavitud.
Este fenómeno alcanzó tales dimensiones que pasó a ser un aspecto normal de la vida africana. El tráfico de esclavos mermó considerablemente el desarrollo político, social y económico de muchos países de África.
Millones de personas fueron secuestradas, encerradas y transportadas a lugares muy remotos para trabajar en condiciones infra-humanas. Cualquier persona de entre diez y cuarenta años podía ser cazado y vendido a los comerciantes, lo cual originó un gran incertidumbre, inestabilidad e ineficiencia. Este temor entre la población influyó muy negativamente en las economías locales de las zonas amenazadas.
La “industria” africana quedo paralizada del siglo XVII al XIX, todos los esfuerzos fueron orientados a la venta de esclavos, y otras líneas de negocio fueron abandonadas, lo cual repercutió en la paralización del desarrollo de una industria local, más estable y permanente. África exportaba recursos naturales productivos (seres humanos) a cambio de productos de consumo.
Otra consecuencia del tráfico de esclavos fue la introducción en África de gran cantidad de armas de fuego. Sólo con estas armas podían capturar esclavos, y sólo con estas armas podían defenderse de los ataques de los cazadores de esclavos. Los europeos además sólo vendían armas a cambio de esclavos. Desde entonces y hasta hoy, las armas han sido un producto de primera línea en el comercio de Europa hacia África, con la consecuente amenaza que esto provoca en el desarrollo de los pueblos africanos.
Tampoco sería justo echar sobre los hombros de las potencias europeas todo el peso de este horrible fenómeno. Las élites africanas no dudaron en colaborar con los traficantes de esclavos para su propio enriquecimiento y los árabes también desarrollaron un comercio de esclavos hacia Asia, de unas dimensiones muy notables. Nadie quería quedarse atrás en una actividad que proporcionaba grandes beneficios.
Buena parte de la prosperidad de Europa en el siglo XIX estuvo basada en la trata de esclavos hacia las costas de América.
Tuvieron que pasar varios siglos de esclavitud para que esta quedara prohibida legalmente. Cuba (todavía en posesión española) y Brasil fueron los últimos países occidentales y cristianos que abolieron la esclavitud en 1880.
El final de la trata podría basarse en dos motivos principales: la disminución de la demanda de esclavos en América y la fuerza emergente de los movimientos antiesclavistas.
Según visitabamos aquel castillo en Cape Coast, y al leer de nuevo textos sobre la esclavitud, no hacía más que venir a mi mente un nombre: “Essau”.
Essau es un chico de unos 18 años que conocimos en Ghana y con el que entablamos una relación bastante intensa de amistad y cariño. Es una persona que ha tenido una vida bastante dura. Sin unos padres que lo atendieran, pasó siete años en la calle antes de ser recogido y llevado al orfanato en el que hoy vive. Aún así, es una de las personas más sonrientes y alegres que he conocido, siempre dispuesto a la broma.
Pensaba en él porque era la cara que involuntariamente le ponía a todos esos millones de esclavos africanos que fueron utilizados en numerosos países. Un joven de 18 años, fuerte físicamente y en una de las zonas de mayor apogeo de esclavos: Ghana. Si hubiera nacido hace dos siglos, no se hubiera librado de ser capturado y convertido en esclavo (en el caso que no hubiera nacido ya privado de libertad). Una persona sonriente, que mira con mucha fuerza y alegría a la vida. Me imagino cuantos como él fueron privados de lo más esencial.
África como siempre queda marginada en las conciencias de los habitantes del mundo occidental, y poca gente piensa en el comercio de esclavos como lo que realmente fue: uno de los mayores desastres y más horribles actuaciones en la historia de la humanidad.
Afortunadamente el comercio de esclavos fue abolido oficialmente hace más de un siglo, pero aún quedan otras muchas formas de esclavitud, legales o ilegales, contra las que debemos luchar.
Para cerrar este capitulo, me gustaría transcribir un texto del mencionado libro de Luis De Sebastián:
“Aunque el tráfico de esclavos parezca remoto a las nuevas generaciones de europeos, éstas harían bien en no olvidar que nuestros mayores practicaron la esclavitud en gran escala cuando vemos a los africanos llegar en pateras (un nuevo y terrible middle pasage) a nuestras costas, y recordar que muchas fortunas se hicieron comerciando con africanos tan pobres y desvalidos como los que ahora llegan a nuestras costas.”
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Hay un proyecto patrocinado por la Unesco, con el apoyo de la Unión Africana, llamado la "Ruta del Esclavo":
http://portal.unesco.org/culture/es/ev.php-URL_ID=25659&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.html
J.
http://olvidados.blogia.com/
Gracias por la informacion Joaquina.
Un abrazo
Publicar un comentario